ABEL&LULA – Cortés Textil
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Historiaeditar
La historia, contada en el primer libro de la Biblia, Génesis,[1] narra que Abel se ocupaba de cuidar y criar ovejas, mientras que su hermano mayor se dedicaba al cultivo de la tierra. Durante una ocasión, Caín ofreció frutas y verduras como ofrenda, mientras que Abel sacrificó los primeros y mejores corderos de su rebaño. Sin embargo, Dios solo aceptó la ofrenda de Abel, desechando la de Caín. Según la tradición talmúdica, esto se debió a que la ofrenda de Abel fue ofrecida con un espíritu generoso y bondadoso, mientras que la de Caín fue realizada por obligación, sin tener en cuenta las mejores y más selectas ofrendas.
Esta preferencia divina por la ofrenda de Abel es explicada posteriormente en otros escritos. La epístola a los Hebreos cita a Abel como el primer hombre de fe,[2] y enseña que su sacrificio fue considerado de mayor valor que el de Caín, debido a su fe.
Varios intérpretes ven en esta historia una conexión retrospectiva con la doctrina sacrificial cristiana, como se muestra en Hebreos 9:22. Esta visión sostiene que para la redención de los pecados, Dios exige sacrificios animales y no frutos de la tierra, ya que "sin derramamiento de sangre no hay remisión". De esta forma, se interpreta que cuando Adán y Eva pecaron, fueron sacrificados animales como expiación, ya que Dios mismo les proveyó pieles para cubrirse (Génesis 3:21). Mientras que Abel cumplió con los deseos de Dios, Caín solo ofreció frutos.[4][5]